Arroz Pulao

La cocina india me tiene abducida y seducida por esa capacidad de con pocos, sencillos e ingredientes básicos, satisface los paladares más exquisitos. El secreto no es otro que la magia de las especias. Su combinación transforma todo lo que pongas en la sartén o cacerola.

Una vez más esta receta que no lleva otra cosa que arroz, cebolla y leche de coco, gracias a las especias, proporciona un simple arroz blanco en algo superior. Está sacada de un blog de cocina india que sigo desde que lo descubrí Spice&Colour

Ingredientes

  • 200 g de arroz basmati

  • 300 ml de agua caliente

  • 100 ml de leche de coco

  • Media cebolla cortada en juliana para el sofrito

  • Media cebolla cortada en juliana finita para freír que quede crujiente y decorar

  • aceite

  • una cucharadita de jenjibre fresco rallado

  • frutos secos tostados sin sal (anacardos, cacahuetes, piñones)

  • un puñadito de pasas

  • sal

  • una cucharadita de azúcar

  • una hoja de laurel

  • 3-4 cardamomos verdes

  • 4 clavos

  • media ramita de canela

Elaboración

  • Lavar bien el arroz y dejar escurrir para que suelte el sobrante de agua.
  • En una cacerola poner aceite y cuando esté caliente añadir el laurel, el cardamomo, los clavos y la canela para que suelten su fragancia. 
  • Seguidamente agregar la cebolla y pochar.
  • Cuando ya esté la cebolla, añadir el jenjibre, remover un poco y entonces es el turno del arroz escurrido. Remover bien para que se tome de las especias a fuego suave.
  • Verter el agua, la leche de coco, el azúcar y la sal. Remover y dejar cocer hasta que el nivel del agua llegue al nivel de arroz.
  • Una vez llegado a ese nivel tapar la cacerola y a fuego muy suave dejar cociendo 15 minutos sin levantar en ningún momento la tapa.
  • Pasado el tiempo levantar y remover el arroz cuidadosamente.
  • Mientras cuece el arroz, aprovecharemos para hacer la cebolla crujiente.
  • En el fuego tendremos una sartén con abundante aceite caliente e iremos echando la cebolla previamente salada por pequeñas tandas tras irlas separando para conseguir ese punto crujiente.
  • Remover sin cesar y no quitarle el ojo de encima porque enseguida que empieza a dorarse, si no la apartamos, se nos va y se quema.
  • La vamos poniendo sobre un plato con papel de cocina para que absorba el excedente de aceite y la vamos separando con la mano y extendiendo por todo el plato. Conforme se vaya enfriando, se pondrá crujiente.
  • Añadirla en el momento de servir junto con los frutos secos.
  • Si se hace más cantidad de cebolla y se quiere conservar, se puede hacerlo en una cajita metálica y también se puede congelar.
  • Una maravilla de plato de guarnición que podrías acompañar con un filete de proteína vegetal o unos dados de tofu salteado, por ejemplo.

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