Presentación

Con permiso de León Tolstoi:

Si tengo que ser de algún país, elijo el pasaporte que dan los bosques a aquellos que los atraviesan y no ven leña para el fuego

Marta Nómada (Antología "Naciendo en otra especie" , Ed. Plaza y Valdés)

Cuando una empieza a vislumbrar el trato que dispensamos a los animales, cuando una empieza, como ha sido mi caso, a ponerle nombre a un malestar enquistado en algún lugar de mi mente desde la infancia, un malestar que tu entorno sentencia con “eres un ser muy sensible”, si bien lo digo sin reproche alguno mirando atrás porque lo que sucedía, era la “normalidad”; la cultura de la época, una economía de subsistencia, la única alternativa de alimentarse y tampoco se daba en el contexto que se da actualmente ni la información de la que se disponía es la que actualmente tenemos pero ese malestar, hoy en día, sí que tiene un nombre: especismo.

Todo aquello que sucedía en un ámbito familiar, hoy está en manos de un capitalismo despiadado, aunque sea redundante llamarle despiadado al capitalismo, sustentado por su filosofía donde siempre se antepone precio a valor pero disponemos de otras fuentes que las suyas, propaganda interesada, gracias a las redes sociales, a internet que ha destapado todo un submundo, realidades de una crueldad insoportable e injustificable.

Las redes nos revelan y nos desvelan lo que hay detrás de muros blindados de los que no supimos, los vuelve transparentes y dejan ver unos escenarios que se cuelan por tus sentidos, unas imágenes repletas de horror o de sonidos que a su vez, evocan esos otros que yacían adormecidos en mi memoria de infancia y las piezas de un puzzle empiezan a encajar y te das cuenta de que toda esa práctica de subsistencia familiar que en su momento, podías asumir como natural a tu pesar, ha desembocado en un engranaje, en un entramado económico a gran escala que es la monstruosidad actual, la realidad de la existencia de un Treblinka para los animales ( como lo definió John Maxwell Coetzee, premio Nobel en 1997 en su libro “Elizabeth Costello”) y en ese punto no puedes olvidar ni arrinconar tus sensaciones, tu malestar…. o sí pero ya no puedes fingir que no sabes y por acción u omisión, te posicionas porque podemos elegir hacia dónde mirar y como apunta finalmente Javier Morales en su libro “El día que dejé de comer animales

Si mirar es un acto de elección, que cada lector elija lo que quiere mirar, lo que quiere ver.

En el inicio de mi “conexión” se mezclaron motivos éticos, de salud, de sostenibilidad, de manera un tanto desordenada, hasta ir aproximándome a una visión de conjunto y a una filosofía de vida basada en el respeto, la empatía, la implicación hacia otros seres sintientes y el medioambiente.

No deseo contribuir a ese infierno que hemos creado para los animales porque el suelo que pisamos también es suyo, luego suyo también es el derecho a cohabitar la tierra y nuestro el deber de defender sus expectativas naturales de vida. Y la única forma que conozco de colaborar a cambiar ese estado de cosas, es desde lo personal y desde lo colectivo; desde mi pequeño entorno cada día y desde el compromiso social por la causa de los animales donde coincido cada vez con más gente que transita en la misma dirección.

Con este blog, sólo pretendía que fuera como una base de datos personal donde ir reuniendo, textos, reseñas, recetas, artículos que tengan relación con esta andadura y esta visión pero luego pensé que encantada si algo de esto le sirve a alguien o si alguien me aporta cualquier sugerencia o corrección porque compartir enriquece.

Poco a poco voy subiendo recetas porque he tenido que ir cambiando todo mi bagaje culinario o adaptarlo a mi dieta vegetariana. Al principio no me fue fácil ya que pensaba que casi todo tendría que ir de ensaladas, patatas o pasta o alimentos vegetarianos procesados porque la comida vegetariana puede ser tan poco saludable como la no vegetariana si no es equilibrada y atiende a reglas nutricionales.

Sin embargo leyendo y documentándome he aprendido cosas nuevas, pero también el veganizar lo que anteriormente comía. Así de sencillo.

Cierto es que con el tiempo puedes encontrar en los establecimientos donde suelo comprar más alternativas y a su vez se han ido abriendo otros donde todo se te hace más fácil como herbolarios o la tienda A granel de Albacete.

Las recetas pues, sólo pretenden ser una orientación porque no soy cocinera nada más que en mi casa pero por si puede ayudar a alguien, ahí dejo lo que hago; por lo tanto no busquéis rigurosidad gastronómica (cocino mucho a ojo) ya que tan solo trato de que mi dieta vegetariana sea equilibrada, diversa, fácil, práctica, económica y atrayente.

Gracias si habéis llegado hasta aquí.