Un mundo sostenible empieza en una vida sostenible

Podemos pensar que los nuestros son pequeños gestos. Y lo son.
Podemos cuestionarnos sobre la fuerza que tienen esos pequeños, cotidianos e individuales gestos. Y la tienen.

Con frecuencia lo pienso y me lo cuestiono. Siempre me respondo lo mismo: los logros son el resultado de la suma de fuerzas, esfuerzos y decisiones personales. Esa es la palabra clave: suma. Y la fuerza decisiva, sumar en la acción.

Una que siempre ha bebido en las fuentes de la igualdad, del feminismo ilustrado, tiene bien grabada la reflexión de Simone de Beauvoir que decía que el feminismo es una manera de vivir individualmente y de luchar colectivamente. Si cambiamos feminismo por cualquier otro principio u objetivo en nuestra vida, el resultado ha de ser el mismo. La complementariedad de lo privado y lo público es el motor que mueve la historia.

Nada nos es regalado como la experiencia nos demuestra cada día y cada unos de nuestros gestos es importante y es necesario. Lo de arriba no se sostiene sin lo de abajo. Las personas de arriba no “son” si las personas de abajo no “estamos”.

Cobramos fuerza cuando cobramos conciencia de que todas las pequeñas aportaciones, todos los pequeños pasos en un mismo sentido, nos conducen al objetivo que nos hemos trazado.

Cualquier acto de nuestra vida es un acto político por acción o por omisión. O luchamos por alcanzar un derecho o carecemos del mismo por dejar que nuestra vida la gestionen otros.

Nos levantamos y nos acostamos con la política, lo asumamos o no. Y entre asumirlo o no, hay una diferencia sustancial: yo puedo pasar de lo que se decida pero lo que se decide, no pasa de mí. Lo que se decide, tiene una incidencia en nuestra vida, en mi vida cotidiana.

Pero nada tiene encaje, nada es posible si en nuestro horizonte no se dibuja un mundo sostenible. Y un mundo sostenible, empieza en una vida sostenible.

Vidas sostenibles para un mundo sostenible. Por nosotras, por nosotros, por quienes nos rodean, por quienes vendrán a sucedernos.
maría josé

Septiembre 2012

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